Criatura y Deseo. Un despertar queer en tres actos – Acto II
Esta publicación forma parte de una obra en 3 actos.
Te recomendamos comenzar a leer por el ACTO I
Acto II: La criatura escrita / o cómo escribir nos salva de la muerte
¿Debemos escribir en medio de un mundo en llamas?
Hay que escribirlo todo. Lo que se siente y lo que no se siente. Lo que negamos y lo que no afirmamos. Lo afirmado, lo intachable. Tacharlo. Lo injusto, lo glorioso. Cambiarlo. Decirlo. Desdecirlo. Gritar lo amado, lo odiado. Lo indiferente, despertarlo. Removerlo, reavivarlo. Ofrecerlo. Descuartizarlo. Esconderlo. Escandalizarnos a nosotras mismas con la escritura. Consolarnos. Escribir y mancharse. Escribir y retorcerse para exprimir cada afecto, para esparcirlo por un lienzo plagado y cargante y sucio y abrir un nuevo espacio para llenarlo de palabras que hablen de este instante, para que todo aquello donde hoy posamos la mirada pueda compartirse, incluso aquello que se queda, volátil, olvidado entre los murmullos de unas palabras escogidas, desechado por cada forma que debe tener el lenguaje; ojalá pudiésemos matarlo, trepanarlo y hurgar en él como si fuera un peluche roto para cardar sus entrañas y tejer nuevos lenguajes. [La única trampa puede estar en el propio lenguaje.] Por eso debemos permitir que nuestras criaturas, esas que habitan las tripas, escriban todo: el hoy, el momento, el hedor de los cadáveres, proclamar un mundo de dulzura, descartar que lo débil tenga que ver con lo tierno y luchar, alzarse, seguir, allá donde tengamos hueco, aquí, donde se enciende un bosque a salvo de cualquier hoguera y poderlo llenar de oréades y de dríadas y de esperanza bajo cada hongo, crujiendo entre la hojarasca que volverá a cubrir los suelos, lanzándose hacia las praderas por donde pastarán unas ovejas zarcas que recorrerán los milagros y las pozas y en medio de cada tormenta aparecerá un puente entre las angustias para poder compartirlas, comprenderlas, calmarlas con un ungüento oleoso de caléndulas del huerto, prendiendo la llama de un futuro no tan oscuro como promete, de un ápice de hilo con el que seguir tejiendo, recogiendo una hoja seca y construyendo con ella un pájaro ligero que levante a cada río al zambullirse entre sus aguas y que vuelva a bendecir con su sombra de alas desplegadas mi cosecha, que me riegue con el frescor de un baile trenzado con las hierbas que mecen los vientos de las montañas. Dime, criatura, ¿qué sientes? ¿Cómo no vamos a escribirlo? ¿Se puede realmente callar la tristeza, la desazón, el vacío que nos deja la orfandad de un mundo en llamas, de un ser vivo y madre que nos cedió sin lucha sus vísceras y parece sucumbir en cada nuevo parto de la insaciabilidad de la codicia humana? ¿Se puede ignorar la injusticia? ¿Lo que nos hace felices? ¿La ilusión? ¿El silencio? ¿La nostalgia? ¿La mentira? ¿Acaso no sembramos pequeños fetos de raíces a la orilla de nuestras decisiones cavadas entre los espárragos silvestres por la búsqueda de nuevas sendas, de nuevos ojos? ¿Y acaso no abrimos a ratos esta ventana para poder sentir cómo llega de repente una brisa suave hasta las ramas de los robles que nos dan sombra?
Debemos aprender a mirar cómo pierde el miedo cuando se rompe un silencio, cómo se crean mundos al dejar libres a las criaturas dando forma a la palabra, porque lo callado desaparece al hundirse derretido entre las brasas. Por eso hay que escribirlo todo, cederle el paso a la entraña. Escribir, sí, eso hace mi criatura; eso es lo que la ha salvado. Ella es la misma que engulle mi ser con voracidad, la misma que clama mi deseo y la misma que escupe a lo marchito. Escribe porque sabe que escribir es una lucha por la esperanza, un grito de guerra, el aliento de estar vivas, la hazaña de hallar entre lo podrido un filo de fuerza que suaviza y da sentido a las abrasiones que nos espigan el alma.
Mi criatura, ser voraz de las tinieblas más emocionantes, abarca cada brecha transitada:
solo vive lo nombrado,
respira y late, [se niega a morir]:
lo sembrado en espacios de brecha
se resiste a ser asfalto.

Los textos, imágenes y demás medios que se publican en esta web están sujetos a la licencia CC BY-NC-SA 4.0 salvo que se indique lo contrario.
Si te gusta puedes compartir...
