Micro Integrador de la Garibaldi: abriendo espacios de resistencia
Dicen que cuando una puerta se cierra otra se abre. En la capital de España, esa que nos tratan de vender como el último reducto de libertad, últimamente se cierran muchas puertas. Hace poco cerraba el bar Calvario. Afortunadamente el Micro Abierto Calvario, organizado por Gabriel Vidanauta, se mudaba al bar-teatro Hipócritas para continuar su marcha cada dos lunes. El café Central, al que mucha gente ha llamado la catedral del jazz en Madrid, también parece que acabará, cuanto menos, mudándose (se prevé que pueda acabar este año de programación y quizás será su despedida).
Para quienes más o menos siguen la estela de la poesía y la canción de autor queda un refugio en el café Libertad 8. El Micro Abierto Libertad 8 resiste gracias a la tenacidad de Andrés Sudón, que lo organiza desde el año 2011.
Hay otros tantos refugios para quienes quieren compartir arte en Madrid y alrededores. A lo largo de la geografía española (e ibérica) otros tantos más. Pero siempre con la presión de resistir pese a todo, de que espacios así son cada vez menos frecuentados o incluso “perseguidos” por una administración local que aboga por el turismo y la gentrificación a granel. Ya saben, no se va a disfrutar, a deleitarse o a habitar otros espacios fuera de casa. Aquí se viene a consumir.
Por eso es una suerte poder escribir sobre una de esas puertas que se abre. Y se abre de la mano de alguien que ya prendió llama en otros espacios de resistencia, Julio Hernández. Cantautor y poeta que ya en su momento organizaba Música por la Voluntad (que tuvo varias vidas en diferentes espacios).
El pasado 5 de noviembre el equipo de redacción (vale, somos dos pero mola escribirlo así) de facerArder pudo asistir a la primera sesión (de las muchas que esperamos que vengan) del Micro Integrador de la Garibaldi. La Taberna Garibaldi de Madrid acogía a poetas, cantautoras/es y espectadoras/es para lo que sería la primera piedra de un proyecto que promete servir de refugio cada primer domingo de mes a quienes se resisten a creer que el arte, el talento, o como lo quieras llamar, está llamado únicamente a servir como material de consumo.

A nadie le extrañará que una vez presentado el proyecto por el propio Julio, se subiera al escenario Fernando G. Lucini para dedicar unas palabras que arrancaran la iniciativa con ganas y fuerza. No faltó un sincero, emotivo y apasionado homenaje al cantautor Pablo Guerrero, que nos dejaba un tanto huérfanos el pasado 30 de septiembre. Fernando tuvo la generosidad de ofrecer una caja de libros con ejemplares de su último libro Volad canciones, volad puestos a disposición de los allí presentes.
Con este arranque era complicado que quienes nos regalaron versos y melodías no empezaran con ganas. Así fue. Dejamos por aquí una fotos de las participaciones de esta primera edición del Micro Integrador de la Garibaldi (MIG). Fue un disfrute enorme para quienes nos congregamos allí. La hoguera está encendida.


La próxima ocasión para disfrutar de un nuevo encuentro será el 2 de Noviembre a las 18 horas, de nuevo en la Taberna Garibaldi.


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